dilluns, 24 de març del 2014

Políticas de información para la ciencia


[El v. 23, n. 2 (marzo-abril de 2014) de la revista “El profesional de la información” tratará de Políticas de información. Paso a publicar por entregas mi contribución (3/6).]

De forma similar, el entorno de la información científica genera hoy consensos alrededor de los cuales se pueden articular políticas de la información. La idea central ha sido expresada de forma clara y directa por el Finch report[i]: la ciencia y la innovación producen beneficios económicos y de mejora del bienestar social y se espera que una ciencia abierta genere más y mejor ciencia. Así las instituciones patrocinadoras de la investigación (las bibliotecas entre ellas) pueden y deben ponerse de acuerdo en facilitar el acceso abierto a la información y a los datos.

Pero, si para el caso de lo impreso se daba coincidencia amplia sobre los objetivos finales y sobre la manera de conseguirlos, para el caso de la información científica el acuerdo es mucho más fuerte en las metas que en los caminos para conseguirlas. Y esta diferencia no es banal.

El Open Acces tiene poco más de diez años. La idea, que surgió alrededor de una carta abierta firmada por algunos científicos, ha pasado de ser un ideal romántico a un horizonte tangible y próximo. Las cifras sobre el porcentaje de artículos científicos en abierto varían, pero yo las situaría por debajo del 20% A pesar de ello, en estos momentos nadie duda (tampoco los editores comerciales) que el acceso abierto a las revistas va a ser la forma dominante de la comunicación científica a corto plazo (digamos el año 2020). La meta está pues clara, pero los caminos divergen en los colores (vías verde y dorada, con variantes cromáticas) y contenedores (repositorios o revistas, con variantes en la forma de los mismos). Pero la visión de resultado final permite construir políticas de información favorecedoras del OA siempre que estas se mantengan abiertas a las diferentes maneras de conseguir el acceso abierto para el lector y combinen mandatos con incentivos y facilidades.

Con el acceso abierto a los datos pasa una cosa parecido. La meta de ofrecerlos en abierto es compartida de forma amplia, pero aquí la divergencia no está en los caminos para conseguirla sino en la incertidumbre de una ruta aún no trazada. Una publicación reciente sobre el tema tiene un título significativo: “Starting the Conversation: University-wide Research Data Management Policy”.[ii] Como en otras ocasiones en la historia reciente (la tele-documentación, el OA o las compras consorciadas)  las bibliotecas no tienen por qué ser los agentes de la gestión y almacenamiento de los datos producidos por la investigación científica, pero son los agentes mejor situados para ejercer de catalizadores. Y esta posición de liderazgo en un entorno incierto podría permitir también alianzas amplias sobre las que construir políticas de la información (en este caso, datos).

Creo también que hay consenso en considerar que la compra conjunta de recursos digitales (consorcios) o la compartición de infraestructuras (repositorios y portales) son caminos que refuerzan la capacidad de acción de las bibliotecas. Como en el OA y para con los datos, no hay de ninguna forma un consenso amplio sobre  el camino a seguir. Hay consorcios especializados en una función y multi-tipo, ámbitos de compras estatales y regionales, tutelados por el estado o cooperativas de base… Y también diversas opciones en el ámbito de las infraestructuras (repositorios institucionales o temáticos, por ejemplo). Pero, en cualquier caso, la cooperación y la formación de alianzas parece un eje de futuro que debería formar parte de una política de información en el ámbito de la investigación.

El nuevo paradigma en construcción para la comunicación científica es un campo abierto a nuevas soluciones, un terreno para la experimentación. Pero las exploraciones de terrenos desconocidos es mejor hacerlas acompañados. Las direcciones están trazadas pero los caminos son poco transitables. Aquí es perfectamente posible establecer unas políticas de información amplias siempre que sus agentes sean flexibles y no definan programas de actuación demasiado escorados hacía alguna de las opciones en juego.





[i] “Governments, businesses, charities and others invest large sums of money in research in order to achieve those benefits: to increase knowledge and understanding, but also to make tangible contributions to social welfare and to economic growth. For research and its products are not just
economic assets: they contribute immeasurably to the intellectual and cultural life of the nation. Governments across the world therefore see the vitality of the research base as fundamental to the health of a modern society and economy.” Janet Finch (Chair) / Accessibility, sustainability, excellence: how to expand access to research publications: Report of the Working Group on Expanding Access to Published: Research Findings: Report of the Working Group on Expanding Access to Published Research Findings // 2012
[ii] Erway, Ricky. 2013. Starting the Conversation: University-wide Research Data Management Policy. Dublin, Ohio: OCLC Research.  http://www.oclc.org/content/dam/research/publications/library/2013/2013-08.pdf

dijous, 20 de març del 2014

Políticas de información para el reino de lo impreso


[El v. 23, n. 2 (marzo-abril de 2014) de la revista “El profesional de la información” tratará de Políticas de información. Paso a publicar por entregas mi contribución (2/6).]

En el ecosistema de la información, la especie de los documentos impresos está en un proceso de retroceso y mutación. Su importancia será progresivamente menguante en las próximas décadas dentro de las cuales los expertos no prevén su desaparición. Las bibliotecas como instituciones coleccionadoras y gestoras de lo impreso deberán conseguir que se pudiera conocer de forma fácil todo lo que hay, que fuera accesible y que lo que se usa poco y tenderá a usarse menos se conserve.

Los dos objetivos primeros fueron ya objeto de políticas de información de la IFLA con el programa de control bibliográfico universal (CBU) y el de disponibilidad universal de las publicaciones (UAP). Ninguno de los dos es nuevo en el ámbito de la biblioteconomía y la documentación, pero los dos deberán ser realizables en un corto espacio de tiempo. Tener localizados todos los documentos impresos de todas las bibliotecas parece un objetivo razonable y conseguible. Worldcat de OCLC se aproxima a ello desde una perspectiva tan global que quizá sea excesiva a efectos prácticos, pero la verdad es que tener al menos dos catálogos colectivos para las bibliotecas españolas (uno para bibliotecas universitarias, especializadas y las nacionales, y otro para las públicas y escolares) sería útil y nada difícil.

En un mudo con preponderancia de lo digital se entenderá cada vez menos que las bibliotecas no puedan informar de forma exhaustiva sobre los bienes púbicos impresos y proporcionar acceso a los mismos. Lo que hoy llamamos préstamo interbibliotecario debería ser un conjunto concatenado de acuerdos entre redes y sistemas bibliotecarios que proporcionara de forma transparente y rápida cualquier documento que un usuario necesite. Y esto continuará siendo necesario, porqué aunque tendremos acceso a mucha información en formato digital, una parte significativa de la misma no lo estará por carecer de suficiente interés comercial para digitalizarla o por existir obstáculos legales para hacerlo.

En estos momentos las bibliotecas españolas custodian 175 millones de volúmenes impresos[i], su prescindibilidad irá en aumento, pero no la necesidad de mantener suficientes copias de cada título. Los interesantes estudios de OCLC sobre solapamiento de colecciones impresas y digitales[ii] muestran que el acceso a la totalidad de la información impresa generada por la humanidad va a necesitar depósitos donde almacenar de forma barata y coordinada los múltiples libros y revistas que tendrán un uso demasiado bajo como para estar en los estantes de las bibliotecas y que no habrán encontrado motivo de pasar a la red.

El dominio en extinción de lo impreso requiere medidas de preservación que la tecnología hace posibles. Una red federada de catálogos colectivos y de almacenes de impresos debería permitir que, a través de acuerdos de préstamo entre los sistemas bibliotecarios, las colecciones bibliotecarias impresas fueran, a efectos prácticos, un todo, una sola colección.




[i] El valor económico y social de los servicios de información: bibliotecas: Informe de resultados (FESABID, 2013) p. 35
[ii] Ver la recopilación de estudis en:  Dempsey, L.; Lavoie, B; Malpas, C. Understanding the Collective Collection: Towards a System-wide Perspective on Library Print collections. Dublin, OH: OCLC Research, 2013. http://oclc.org/research/publications/library/2013/2013-09r.html

diumenge, 16 de març del 2014

¿De qué hablamos cuándo hablamos de políticas de información?



El v. 23, n. 2 (marzo-abril de 2014) de la revista “El profesional de la información” tratará de Políticas de información. Paso a publicar por entregas mmi contribución (1/6).

(Uno que ya tiene su edad se acuerda que) unas históricas Primeres Jornades de Teledocumentació a Catalunya concluyeron que era necesario “elaborar un programa general de información para Catalunya que analice las necesidades  de los usuarios tanto del sector público como del sector privado, defina las coberturas adecuadas para satisfacerlas, identifique los medios personales, tecnológicos y organizativos necesarios y periodifique debidamente la consecución de los objetivos que se establezcan”[i].

Podemos encontrar otras definiciones de lo que son las políticas de la información pero esta nos vale ya que además se formula en 1983, un momento en el que el tema tiene plena vigencia a nivel internacional. No en vano la Unesco había iniciado un programa general de información (PGI) que bajo el nombre de UNISIST pretendía “to co-ordinate existing trends toward co-operation and to act as a catalyst for necessary developments in scientific information” y tenía como finalidad “the establishment of a flexible and loosely connected network of information systems and services based on voluntary cooperation.” [ii]

Porqué, al final, una política de información no es más que la acción concertada de diferentes agentes con la información como objeto y con determinadas finalidades como metas. En mi opinión, la euforia tecnológica y de recursos de las décadas anterior y la posterior del cambio de siglo crearon la sensación de que con la información todo era posible y minimizaron la necesidad de coordinarse para conseguir determinados fines. Los enormes cambios que ha supuesto la información digital y en red para los sistemas de información han comportado mejoras evidentes, pero también un cierto desconcierto sobre las direcciones que tomar y –sobre todo- un cierto optimismo sobre la no necesidad de tomar direcciones de forma conjunta ya que, al final, la tecnología por si sola conseguiría lo que no podía conseguir la acción coordinada de las organizaciones y las personas.

La crisis que vivimos no es solo económica sino también tecnológica y de cambio de modelo organizativo, y está mostrando ya algunos efectos de la desregulación y la no planificación. El acceso a la información por parte de la totalidad de los ciudadanos, la existencia digital de información sin interés comercial y la preservación para el futuro de la información digital no se conseguirán de forma espontánea y sin esfuerzo. En los últimos años, el movimiento del acceso abierto ha mostrado también que la gran fuerza de una acción concertada en una dirección dada tiene el poder de modificar maneras de hacer centenarias. Pero las tendencias (lógicas) por parte de las empresas editoriales de continuar reteniendo derechos sobre la información y los datos han mostrado también que las solas fuerzas del mercado unidas a la ausencia de políticas de la información tienen efectos restrictivos sobre este bien público que es la información.

Si esto fuera así (y yo así lo creo) tener o no políticas de información dependería menos de los recursos existentes (normativos o de infraestructura) que de la capacidad de las instituciones que manejan información de llegar a acuerdos sobre cuáles deben ser estas acciones concertadas y sobre el papel de cada uno en emprenderlas. Las políticas de información exigen también tener estrategias definidas, ¿deben ser globales o sectoriales? ¿generadas por el Estado por las bibliotecas? ¿dirigidas o participativas? ¿de instituciones de un mismo tipo o de un amplio espectro de organizaciones? De buen seguro que existen distintas respuestas igual de válidas a estas preguntas, y que elegir la mejor estrategia depende de variables de tiempo y lugar, pero a mi parecer solo podemos establecer políticas solidas de información si encontramos un conjunto de acciones alrededor de las cuales se puedan alinear sin fricciones un amplio espectro de agentes.

Hay tres universos que deberían permitir coincidencias amplias: el mundo de lo impreso, el de la investigación y el de la cultura. Las posibilidades de establecer políticas de información en estos ámbitos se basan en consensos generalizados sobre lo que se debería o sería bueno hacer en cada uno de ellos.





[i] "Conclusions de les Primeres Jornades de Teledocumentació a Catalunya." Butlletí de l'Associació de Bibliotecaris de Catalunya [en línia], 1983,, Núm. 4 , p. 52-54. http://www.raco.cat/index.php/ButlletiBibliotecaris/article/view/52887/60834 [Consulta: 06-03-14]
[ii] John B. Rose, "The UNESCO General Information Programme and Its Role in the Development of Regional Co-operative Networks." Proceedings of the IATUL Conferences.Paper 6.

diumenge, 16 de febrer del 2014

Arquitectura i biblioteques: el 2n glop de cervesa



Si el primer glop de cervesa és amarg i ens descobreix un gust estrany, en el segon hi trobem ja el plaer del reconeixement. No sé si va ser ben be així amb la 2a edició de les tertúlies el primer glop de cervesa sobre societat i biblioteques que amb el títol de Biblioteca i context urbà: l’encaix de l’equipament en l’entorn va tenir lloc el passat 11/02/2014 amb l’arquitecte Josep Maria Montaner en el paper de tertulià encarregat d’iniciar la conversa.

Aquesta vegada, amb uns organitzadors més distesos i alguns participants que repetien, la trobada es va allargar una hora més del que preveuen les normes. Les intervencions més interessants van venir del notable grup d’arquitectes que havia atret la convocatòria.

Josep Maria Montaner va fer quatre pinzellades amb la intenció d’emmarcar el debat. Aquestes van ser:
  • Les biblioteques i els museus van començar junts, tenen un origen similar, tot i que després es van separar. Les biblioteques se singularitzen abans que els museus. A diferència dels museus, les biblioteques ofereixen itineraris propis, no pautats, i són més interactives que els museus. La biblioteca és un lloc on la gent s’hi sent còmoda, un lloc on la gent hi esta bé, un lloc acollidor,
  • Els edificis de les biblioteques, en la tradició, tendeixen a resoldre’s com edificis simètrics, tot i que les biblioteques contemporànies tendeixen a tenir una estructura orgànica. Un espai organicista sembla el més adequat per a la biblioteca, però no és el mes freqüent.
  • La biblioteca sempre està en relació amb l’espai públic: com més accessible sigui, millor, com mes visió a l'exterior tingui, millor, com més llum deixi entrar, millor. La biblioteca funciona si està inserida en el seu entorn
  • Ara la Generalitat tendeix a agrupar equipaments, per exemple, a concentrar museus, però caldria si aquesta tendència és bona per  a les biblioteques. Cal examinar el paper que juguen aquestes en la cohesió social i en la cultura.

Al llarg de la tertúlia en Santi Romero (*) va procurar que el ponent es pronunciés de forma més concreta sobre com fer biblioteques ‘que funcionessin’. Josep Maria Montaner va opinar que les biblioteques cal que siguin accessibles de fora i flexibles de dintre. L'exterior ha de convidar a entrar, i, de dintre, com més organicitat, menys flexibilitat i més obsolescència. La biblioteca ha de tenir una bona relació amb l'espai, ha e tenir una entrada que xucla a entrar i ha de mostrar que es un espai públic (un espai públic cobert).

Ignasi Bonet (arquitecte i estudiant de documentació) va dir que no hi ha millor recepta per fer un abona biblioteca que un diàleg constant i profund entre arquitecte i el client i va citar com a millor projecte entre els actuals el de la ciutat de Hèlsinki on ha fet un gran projecte funcional (**). La biblioteca és un gran contenidor cultural, que passa a ser un centre productor de nova informació i porta d'accés a la informació existent a xarxa. Així la informació no seria  no és important sinó el que la gent fa amb la informació. Va citar la biblioteca pública de Seattle (esmentada com exemplar pels arquitectes assistents) i en va destacar la idea de la separació d’espais entre la col·lecció i els lloc per les persones (va dir que a això se n’hi diu flexibilitat compartimentada). Una altra idea interessant d’en Bonet: les biblioteques han de concebre els seus espais interiors com ho fan els centres comercials: com espais canviant; els edificis tindrien diferents capes i cada capa tindria un cicle de vigència diferent.

Santi Orteu (arquitecte d'equipaments) va tenir una intervenció molt interessant que va començar afirmant que les biblioteques són la xarxa d'equipaments públics que millor funcionen (en comparació amb arxius, parcs bombers...), els edificis de la xarxa de biblioteques són un cas d'èxit i els bibliotecaris no hauríem de ser excessivament crítics amb la relació amb arquitectes que és millorable, però bona. L’arquitecte ha d'escoltar molt abans de dissenyar ja que la visió d’un arquitectes sovint parteix de pre-judicis. Va afirmar (interessant!) que bona part de l'èxit de les biblioteques, és que els bibliotecaris son ‘caçadors de tendències’, professionals que organitzen els serveix en funció de les coses que usa la gent. Autobiogràficament va explicar l’èxit de les biblioteques: ell que per feina viatja, busca llocs acollidors on aprofitar el temps i els troba als bars i a les biblioteques on hi troba llibertat i racons on estar.

El debat va ser viu i s’hi van tocar temes diversos. De forma resumida destaco els que em van cridar més l’atenció:

En Jordi Permanyer (per les mans del qual deuen haver passat el 80% dels projectes arquitectònics de les biblioteques municipals actuals) va recordar que la biblioteca és un edifici de proximitat i que ha d'estar a mig camí de les gestions de la vida quotidiana, en contra la visió de molts ajuntaments que, en canvi, la veuen com un equipament.
Punts de vista dispars sobre el model actual de la biblioteca municipal. La majoria de les veus reclamaven una revisió en profunditat del model actual en funció dels canvis profunds que està experimentant la nostra societat i que s’estan traduint en canvis en la manera de fer de la gent.

L’Assumpta Bailac va fer notar que la gran dificultat n el disseny de biblioteques és que les funcions de les biblioteques són múltiples cosa que fa que aquesta requereixi molts espais diferents, a més, qualsevol edifici ha de tenir un client però en l'arquitectura pública el client es difús. La clau de l’èxit és: un arquitecte que escolta + un bibliotecari implicat + un ajuntament obert.

Eulàlia Espinàs, que es va declarar defensora de la biblioteca provincial de Barcelona en el passat, va tenir el valor de plantejar si amb el canvi de conjuntura no és ara el moment de replantejar-se la Biblioteca provincial de Barcelona. En tot cas –va dir- caldria explicar a la ciutadania perquè val la pena tenir una biblioteca central (***). En toto cas, interessant la observació d’Anna Broll (per a qui la BPB és una oportunitat): per la seva dimensió, algunes de les coses que somiem per a les biblioteques només poden passar a un espai gran.

Jordi Serrano va recordar les biblioteques universitàries (absents en el debat) aquestes tenen un model prop (el CRAI) que ha permès una renovació molt important dels espais de la biblioteca intentant crear els espais que els estudiants volen: espais individuals i de treball en grup, silenciosos i sorollosos. Els estudiants busquen confort  (temperatura, lloc, ordinadors...). De biblioteques ‘grans’ n’hi ha moltes a les universitats (al menys 10 edificis de més de 6.000m2 a Catalunya).

L. Anglada. Hi ha biblioteques fetes per grans arquitectes que són biblioteques dolentes (la de la UNED, les d’en S. S. De Oiza i R. Moneo per a les universitats Pública de Navarra i d’Alacant, la BNF), però hi ha també biblioteques espectaculars com edifici que funcionen com a biblioteca (la de N. Foster per a la Freie U a Berlin, la citada de Seattle, la nova central d’Amsterdam, ...) Una bona biblioteca és una combinació de factors: edifici, entorn i projecte.

Hi va haver més coses (****), és clar, sobre el disseny i el manteniment dels edificis, sobre la participació dels bibliotecaris en el disseny del programa funcional, sobre la formació que el bibliotecari hauria de tenir per poder parlar amb els arquitectes i poder fer el programa funcional, sobre la poca despesa corrent que destinem al desenvolupament de les col·leccions (pot ser no més d’un 5% del pressupost total) cosa que fa que la gent estigui deixant de trobar el que busca a les biblioteques.

(*) En Santi Romero és autor del llibre “La arquitectura de la biblioteca : recomendaciones para un proyecto integral” (Barcelona : Col-legi d’Arquitectes de Catalunya, Demarcación de Barcelona, 2001), llibre que està en obert a la xarxa també en versions catalana i anglesa. A E-Lis hi ha ressenya feta per C. Rodrígues-Parada: http://eprints.rclis.org/12023/


(***) L’afirmació va generar menys polèmica de la que jo hagués esperat, però va haver-hi diverses intervencions reclamant als organitzadors una cervesa-conversa al volant d’aquest tema.

(****) Al meu entendre, el gran absent en el debat va ser la funció de les biblioteques com espai cohesionador social, com espai generador de confiança, com a 3r espai. Ho va esmentar en J. Permanyer però no s’hi va ‘enganxar’ ningú.


P.s.: La fotografia d’aquest post es correspon al projecte guanyador del concurs per la construcció de la nova Helsinki Central Library: ‘Thecompetition jury unanimously decided that the winner is ALA Architects’ entry “Käännös”’. 

dilluns, 10 de febrer del 2014

Poner en valor la biblioteca



El bibliotecario y consultor canadiense Stephen Abram publica un interesante blog bajo el título de Stephen’s lighthouse. El pasado 29.08 publicó un ‘megapost’ con el título de Value of Libraries en el que el autor recopila los estudios e informes que conoce sobre el tema así como sus posts sobre el mismo.

Una recopilación interesante ahora que FESABID acaba de publicar el estudio   

La primera referencia del post es el estudio “Ananalysis of public library trends
que analiza datos de uso recogidos por el Canadian Urban Libraries Council
(CULC) para el periodo 2000-09. El CULC está formado por 35 bibliotecas (con 609 bibliotecas filiales) de los principales centros urbanos del Canadá con un público potencial de 17,5M de habitantes. Las bibliotecas del CULC tienen  8,2M de usuarios activos, emplean a unas 13.000 personas, reciben 108M de visitantes por año y prestan 211M de documentos al año de sus colecciones formadas por unos 51M de documentos.

Aunque algo antiguo, el estudio muestra tendencias que creo relevantes y seguramente generalizables a bibliotecas de otro tipo (universitarias, por ejemplo) y de otros países (España, por ejemplo). 

Algunas son:
  • “Las transacciones por usuario de han incrementado en un 45% en la pasada década (pasando de 16.6 a 24.1de media)”. Esto es debido principalmente a que a los usos dentro de la biblioteca se les ha añadido los que se hacen a través de la red. Pero es interesante notar que el número de préstamos por usuario creció de 9.7 en 2000-2001 a 11.3 en 2008-2009. Al mismo tiempo, el número de visitantes se mantiene estable. La Memoria del servicio de bibliotecasde la UAB de 2012 refleja una disminución importante (del 14,1%) del número de visitantes, pero un pequeño incremento del préstamo (1,15%).
  • “Las bibliotecas proporcionan más valor que nunca. Aunque sus costes se han incrementado, el incremento del número de transacciones por usuario ha significado que el coste por transacción haya bajado un 27% de 2000-2001 a 2008-2009”.
  • “El gasto en documentos tienen una fuerte influencia en el incremento del uso de la biblioteca. El tercio de bibliotecas con más gasto por cápita en adquisiciones tienen el doble de transacciones por usuario que las que están en el tercio de las que gastan menos”. Si la inversa vale hemos de temer como efecto de la crisis que la disminución en compras de documentos repercutirá en una disminución de usuarios en nuestras bibliotecas. Ver los temores y advertencias de José-Antonio Gómez-Hernández, en La previsible agudización de la crisis en las bibliotecaspúblicas durante 2012 (Nota ThinkEPI de 03.10.12).

La valorización de las bibliotecas pasa por dos ejes. Uno es la traducción económica de sus servicios, que es la vía seguida por el estudio de FESABID mencionado. El segundo es mostrar la contribución de la biblioteca a las finalidades de la entidad a la que sirve. Este segundo no me parece nada negligible, y, en este sentido, recomiendo la lectura del reciente (15.01.14) post de Roy Tennant:  The Mission ofLibrarians is to Empower


Roy Tennant nos recuerda que las bibliotecas dan más poder o más fortaleza a los individuos, a las organizaciones, a las comunidades y a la sociedad. Esto las bibliotecas lo hacen dando acceso al conocimiento, a Internet, dando soporte a la formación de habilidades, entre otras aportaciones. Su artículo termina con la siguiente reflexión: 
  • “[A los bibliotecarios] nos encanta no estar enfocados a hacer más ‘widgets’ o a hacerlos más baratos, pero sí en hacer la vida de los demás más rica y en ayudar a prosperar a nuestras comunidades y sociedad. Nos gusta nuestro trabajo porqué, al fin y al cabo, tiene mucho que ver con el amor y poco o nada con el dinero”.


diumenge, 2 de febrer del 2014

Europa aposta per la ciència i per la ciència en obert



El passat 31 de gener la Universitat Autònoma de Barcelona va celebrar una jornada amb el títol "Recerca i Innovació a Europa: Les Universitats a l'Horitzó 2020". Octavi Quintana, Principal Adviser, Directorate General for Research and Innovation de la Comissió Europea va parlar de l’Horitzó 2020, el nou programa de Recerca i Innovació i l’Àrea de Recerca Europea. 

Una bona part de la intervenció d’Octavi Quintana va tractar les línies polítiques que informen el programa Horitzó 2020. Va destacar que mentre que el pressupost global UE ha baixat una mica, el de recerca dins la UE ha pujat un 30% respecte el 7e programa marc. Això és perquè els  responsables UE creuen que el gran problema d'Europa és l’atur i que aquest només es pot resoldre amb un nom model econòmic per Europa. Aquest nou model econòmic Europa només el podrà trobar invertint en recerca i en innovació.

La Comissió Europea sosté dues premisses: 
  • (1) a més ciència, més benestar, i, 
  • (2) com més oberta sigui la ciència més i millor ciència es produirà. 

La segona de les premisses té uns efectes importantíssims per la informació científica ja que implica apostar per la publicació en obert i iniciar el camí d’obrir les dades de la recerca.

El camí cap a l’OA serà llarg i presenta diverses incògnites, però sembla clar que també que la ciència serà oberta si a més de ser-ho els articles a traves dels quals es difon, ho són les dades que els científics recullen i elaboren en la seva recerca. Amb les dades obertes s’inicia un camí sense fressar i per això és bo citar aquí tres publicacions molt, molt recents que poden ajudar a aclarir idees.

Es tracta de:

No em resisteixo a repetir la citació de J. Joyce que, en la presentació de la Jornada, va fer Pilar Dellunde, vice-rectora de recerca de la UAB: “Els errors d'un home son les portes de la descoberta”.


dilluns, 27 de gener del 2014

De quan els municipis no volien biblioteques



Fa temps que les biblioteques són un equipament desitjat per un municipi. No sempre ha estat així. Hi va haver un temps en el que els municipis no volien tenir biblioteques, o –diguem-ho així- que molts altres equipaments els passaven al davant a l’hora de prioritzar les inversions municipals. Parlo dels primers anys de la democràcia restaurada, a finals dels 70 i principis dels 80. Ara les biblioteques són vistes pels municipis com un equipament de molta projecció social, modern i desitjable. El canvi ha vingut de la tossuderia de demanar-ne i de fer-les ben fetes quan se’n van poder fer.

Fa uns dies es va jubilar Núria Ventura. En tinc dos records de la Núria.

El primer i més antic és, de quan essent els dos de la Junta de l’Associació de Bibliotecàries de Catalunya  vam tenir una entrevista amb el regidor de cultura de l’Ajuntament de Barcelona. Es tractava d’intentar convèncer al regidor de la importància per la ciutat de tenir bones biblioteques públiques i d’animar a l’ajuntament a construir-les. La passió en la defensa de les biblioteques va dur al regidor a acabar l’entrevista de forma sobtada i poc amical.

El segon és de quan la Núria es fa càrrec de la direcció de la Central de biblioteques populars de la Diputació de Barcelona. Era el 1986. Es podia anar tirant o mirar de fer les coses millor, però l’esperit de la Mancomunitat de ‘fer les coses be’ havia sobreviscut el franquisme i va impregnar les primeres passes de renovació de la xarxa. Jo ho vaig viure quan la Núria, juntament amb en Jordi Permanyer, es van plantejar informatitzar les biblioteques i no pas fer-ho de qualsevol manera, sinó amb assessorament, de forma lenta però inexorable i amb un pla de conjunt.


Vista l’evolució d’altres serveis públics, no és pas clar que les biblioteques fossin predestinades a ser l’equipament públic exemplar que avui podem  posar d’exemple. Millorar les biblioteques a meitat dels 80 era un esforç titànic. Calia tenir tenacitat per convèncer als municipis que renovessin les biblioteques existents o en fessin de noves i, alhora, crear un model nou de biblioteca, un model possible i alhora renovador. El resultat avui sabem que ha estat exitós. Cal recordar que té a les bases la tossuderia i la feina ben feta.