El viernes pasado finalizó el 40º congreso anual del LIBER que este año se celebró en la Universitat Politècnica de Catalunya, en Barcelona. Terminó con una valoración altamente positiva por parte de los asistentes y los directivos del LIBER basada en dos hechos: una organización perfecta y una asistencia récord.
La primera se sustentó en los 65 voluntarios de las bibliotecas de la UPC coordinados por su personal directivo (ver foto). Es forzoso alabar la capacidad organizativa del servicio de bibliotecas de la UPC, pero yo prefiero destacar el substrato vocacional de los voluntarios. El tema merecería un post a parte, pero la creencia en lo que uno hace impregna el acto que se realiza. Quizá aquí esté el futuro de la bibliotecas: que queden en manos de gente que creen en lo que hacen.
Los algo más de 400 asistentes al congreso superaron de lejos los de cualquier congreso precedente. LIBER se merecía culminar con un récord de este tipo la perspectiva ascendente que ha tenido en los últimos años.
LIBER (Ligue des Bibliothèques Européennes de Recherche - Association of European Research Libraries) se fundó en el 1971 y fue (esta es mi impresión) durante mucho tiempo una asociación básicamente constituida por bibliotecas nacionales y con una agenda marcada por las mismas. Hace algunos años, y bajo el impulso de la construcción de Europa, ha querido reconstituirse como la ARL europea, es decir como una asociación de las principales bibliotecas de Europa (las que a la manera anglosajona vienen a llamarse bibliotecas de investigación). LIBER tiene hoy 420 bibliotecas (nacionales, universitarias, consorcios, etc.) miembros de más de 40 países.
Este propósito (el de constituir una asociación europea de bibliotecas) es especialmente relevante por al menos dos aspectos. Quizá el más obvio sea que Europa es el campo de juego en el que se están resolviendo (y se resolverán en el futuro) muchos de los temas clave de los que nos ocupan (propiedad intelectual y ayudas a la digitalización, por ejemplo). Organizaciones como EBLIDA o LIBER tienen que ayudarnos a defender los intereses de las bibliotecas y de los bibliotecarios en los centros europeos del poder.
En segundo lugar (y no menos importante), LIBER tiene que ayudarnos a construir una mentalidad profesional menos provinciana de las que se han construido bajo los paraguas de los estados y las asociaciones estatales de profesionales o de bibliotecas. Me comentaba un director de biblioteca universitaria que la había gustado asistir al congreso del LIBER porqué había oído un par de ideas nuevas. Cierto e inevitable.
Los congresos (todos) producen un efecto espejo. Terminamos constituyendo un ciclo cerrado de temas que creemos los más importantes. Pero los constituimos de lo que decimos y oímos. Si siempre somos los mismos siempre decimos y oímos lo mismo. Nos renovamos, ciertamente, pero menos que si nos exponemos a ideas de fuera.
La biblitoeconomía norteamericana es más rica que la nuestra no solo porqué tenga detrás un país que cree mucho en las bibliotecas, sino porqué tiene escala continental. Por esfuerzos que realicen, los países europeos grandes en dimensiones (el Reino Unido o Alemania) o activos en bibliotecas (Finlandia u Holanda) no dejan de ser pequeños y pasivos en comparación con una dinámica continental.
p.d.En España, demasiados congresos, pero lo peor (a mi entender) es que en los últimos años se ha consolidado la separación a nivel de congresos entre biblitoecas públicas y las universitarias.