diumenge, 5 de maig del 2013

Los MOOCs: viables e inquietantes







Perhaps the greatest of all pedagogical fallacies is the notion that a person learns only the particular thing he is studying at the time. Collateral learning in the way of formation of enduring attitudes, of likes and dislikes, may be and often is much more important than the spelling lesson or lesson in geography or in history that is learned. For these attitudes are fundamentally what count in the future. The most important attitude that can be formed is that of desire to go on learning
John Dewey. Experience and Education (1938)




Internet y la información

En una interesante conferencia en la pasada reunión de APE (Academic Publishing in Europe), Victor Henning, cofundador y CEO de Mendeley, comparaba los efectos que podía tener la citación social con respecto la comunicación científica con los que ha tenido Napster con respecto la distribución de música grabada.  

Si alguna cosa podemos tener hoy por cierta respecto Internet es su capacidad de cambiar los modelos de negocio que tienen que ver con la información. La música lo vivió en primer lugar y luego los vídeos. Las revistas científicas lo están viviendo ahora con la profunda transformación que sufren bajo la modesta pero poderosa idea que subyace bajo el movimiento del Acceso Abierto. La industria de los libros será la siguiente en vivir profundas transformaciones derivadas de las nuevas posibilidades de acceder (pagando o no) a la lectura. Quién iba a decir que la enseñanza universitaria (un ‘negocio’ al fin y al cabo basado en la información) podía ser el nuevo baluarte que viviría los embates de una información que quiere ser libre, según un eslogan que podría ser del sesenta y ocho.  

El New York Times declaró que 2012 era el año de los MOOCs (massive open online courses). Los MOOCs son cursos académicos completos (es decir, van más allá de suministrar algunos materiales o lecciones video grabadas), dirigidos a un gran número de personas (y aquí la clave no solo es el número potencial de estudiantes sino su escalabilidad), en línea (y que, en este sentido, están sometidos a las grandes tendencias de lo que vive en la red como la asincronía o la socialización) y abiertos cosa que significa en general gratuitos, pero también accesibles desde cualquier lugar y momento y colaborativos.


Las innovaciones disruptivas

Diversos comentaristas del fenómeno MOOCs citan a Clayton M. Christensen y el libro que escribió en 1997, The Innovator's Dilemma, como el instrumento para entender el  impacto de los MOOCs en la enseñanza superior. Según Christensen, la mayoría de las innovaciones serían sostenidas, es decir evolutivas e integrables en el estatus quo. Pero algunas innovaciones son disruptivas o revolucionarias, emergen de un punto de partida nuevo y en poco tiempo revolucionan el mercado. Las tabletas sería un buen ejemplo de tecnología disruptiva. 

Según un buen artículo de la Wikipedia, una innovación disruptiva no solo revoluciona la forma de hacer una cosa, sino que también cambia la manera como se hacen las cosas. Los coches revolucionaron la comunicación por carretera, pero siendo caros al principio, no cambiaron de repente la forma como las personas o las mercancías viajaban. Las innovaciones disruptivas no son solo una invención tecnológica sino que contienen un nuevo modelo de negocio y se sustentan en una necesidad humana profunda. Facebook ha sido disruptivo y, dejando la tecnología a un lado, se sustenta en la necesidad humana de socializarse que hemos visto que tiene unas dimensiones que no nos hubiéramos atrevido a predecir antes de la aparición de las redes sociales.

Los MOOCs serían disruptivos por su coste, por basarse en nuevos conocimientos sobre la sicología del aprendizaje y por su adecuación a las nuevas necesidades sociales con respecto la educación. No voy a insistir en la primera de las causas porqué la trataré posteriormente. Voy a intentar argumentar las dos siguientes.

La cita de John Dewey con la que se abre esta nota es de un libro de 1938 y parece de hoy mismo. La universidad europea ha basado siempre el aprendizaje en las lecciones magistrales. La constatación que el modelo estadounidense de la enseñanza universitaria más basado en trabajos prácticos daba mejor resultados condujo que los principales responsables de la educación superior europea se obligaran al cambio de rumbo conocido por el Plan Bolonia. De mi fugaz paso por la docencia universitaria aprendí que no hay enseñanza sino aprendizaje.

“Because of the disruptive changes in the information environment our past cannot serve as an adequate guide to the future” (Moran y Marchionini, 2012). Uno de estos cambios en el entorno de la educación es la constatación de lo poco eficientes que son los métodos docentes basados en la exposición pasiva de conceptos que aún es dominante en las aulas de nuestras universidades. Los MOOCs basan buena parte de su potencial disruptivo en una educación  invertida (“flipped education”) en la que la parte de aprendizaje de conocimientos la haría el estudiante en la soledad de su casa para completarla y reforzarla a través de la discusión con compañeros y el mentor. Las innovaciones tecnológicas deberían permitirnos la personalización del aprendizaje (Eisenberg y Fullerton 2012,  Carr 2012).

La necesidad social de aprender se generaliza con la aparición de la sociedad industrial. La sociedad se organiza alrededor de las industrias y estas requieren personal formado a diferentes niveles. Estas necesidades han conducido a la organización actual de la educación superior: conocimientos estáticos para necesidades poco cambiantes. El cambio acelerado experimentado en la ciencia y la tecnología a partir del último cuarto de S. XX y la aparición de la sociedad informacional (en término de M. Castells) crea unas nuevas necesidades en la formación: el aprendizaje a lo largo de la vida.

Por otra parte, la división del saber que ha permitido organizar la transmisión del conocimiento en títulos universitarios con fronteras perfectamente definidas ha perdido parte de su sentido. Hay psicólogos a quien les interesa la música y documentalistas que necesitan la estadística (y cito dos casos de personas que siguen cursos MOOC para completar su formación). El conocimiento se deconstruye y se fragmenta en micro áreas que ya no se rigen por la tradicional división del conocimiento basada en profesiones muy estructuradas.

Las necesidades sociales con respecto la educación serán pues constantes (y no puntuales) y personalizadas (y no generales). Las universidades tradicionales no se organizaron para cubrir estas necesidades y deberán reconstruirse para adaptarse a lo que la sociedad les pida. Si hasta ahora la transmisión de conocimientos ha ido de la mano de la mentorización y certificación del aprendizaje, es perfectamente posible que estas dos funciones se separen. Los MOOCs permiten entrever posible una realidad en la que la oferta de adquisición de competencias y conocimientos crece de forma exponencial, al mismo tiempo que la función del centro universitario se reduce a la orientación y certificación del aprendizaje (Eisenberg y Fullerton, 2012).

[Para ser publicado como Nota ThinkEPI 2013 1/2]

Bibliografía

Michael B. Eisenberg, Sean P. Fullerton (2012), “ ED and INFO 2052: Oh, the Places You'll Go!”, en: ”, en: Informational Professionals 2050: Educational Possibilities and Pathways (Chapel Hill: School of Information and Library Science University of North Carolina at Chapel Hill). ISBN 978-1-300-20486-2. http://sils.unc.edu/sites/default/files/publications/Information-Professionals-2050.pdf, p. 2-17

Barbara B. Moran, Gary Marchionini (2012), “Information Professionals 2050: Educating the Next Generation of Information Professionals”, en: Informational Professionals 2050: Educational Possibilities and Pathways (Chapel Hill: School of Information and Library Science University of North Carolina at Chapel Hill). ISBN 978-1-300-20486-2. http://sils.unc.edu/sites/default/files/publications/Information-Professionals-2050.pdf p.viii.





5 comentaris:

Teresa Grau Ros ha dit...

Opino que són unes reflexions interessants per a les persones que sentim el desig d'aprendre.

La inquietud, en aquest tema, és sinònim d'interès, d'enriquiment, d'estímul al desenvolupament individual i col·lectiu.

Gràcies per compartir-les.

Lluís Anglada ha dit...

Viables i inquietants. Són paraules d'A. Mas-Colell i em van agradar. Viable = tenen potencial per ser una realitat. Inquietant = poden fer trontollar les coses tal com les estem fent fins ara.

Lluís Anglada ha dit...

L'Elena recomana:
http://www.mckinsey.com/insights/social_sector/college_for_all

College for all

Open online courses are changing higher education. Traditional colleges face dangers—and opportunities.

This article also includes a video interview with Sebastian Thrun, cofounder of the online-education company Udacity, in which he explains how effective teaching online differs from traditional methods. more

Otto C. ha dit...

miEstas modalidades de apertura en la formación de las personas son el resultado de una democratización del aprendizaje, donde los conocimientos son puestos a disposicion de las personas. El uso de los Recursos Educativos Abiertos son posibles en una mediación dialógica, donde la persona crece de acuerdo a sus interes y a sus competencias, destrezas y habilidades. Mejorando un proceso, de desempeño laboral, social y cultural, para ser competitivo en una Sociedad de la Economía y el Conocimiento. Otto Chinchilla, Costa Rica.

Lluís Anglada ha dit...

Cristóbal me manda ete enlace
http://www.insidehighered.com/views/2013/05/06/essay-suggests-moocs-are-losing-their-original-worthy-goals#.UYfh3mOVL7o.email

It’s the strategic analysis and "nuanced discussion" that I want us all back to. Proper MOOCs may work for some, others may just choose to use open online materials and some may even have a mission to support affordable education for underserved communities (my favorite). But let’s not kid ourselves. Co-opting a MOOC label does not make an offering edgy. Get strategy and rationale nailed first, worry about the acronym later.

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