diumenge, 29 d’agost del 2010

Las bibliotecas en España

Javier Guallar. EN UN ARTÍCULO RECIENTE EN THINKEPI has definido la situación actual de las bibliotecas como “de una mala salud de hierro”. ¿Cómo ves el presente de las bibliotecas (tomando como referencia el caso de España)? ¿Cómo estamos?

En un mundo en cambio acelerado como el actual, todas las instituciones viven una crisis constante de identidad. La que afecta a las bibliotecas tiene al menos 25 años de antigüedad y está asociada a las mejoras en acceso a la información que nos han traído los avances tecnológicos. La biblioteca “moderna” se presentó a sí misma como la institución que proporcionaba y facilitaba a la sociedad el acceso a los documentos. A medida que este acceso se ha liberado de la biblioteca edificio y del bibliotecario mediador en el imaginario popular, se ha empezado a dibujar la idea de un posible acceso del usuario a la información sin la mediación de la biblioteca. Pero las bibliotecas se han recreado a sí mismas: han reorganizado los espacios físicos para dar cabida a un uso de la información más social y menos individual, proporcionan alfabetización informacional a los usuarios, constituyen bibliotecas digitales, se preocupan de la preservación de los documentos electrónicos.

Hablando de España, las bibliotecas hoy con respecto a como las dejó el franquismo (y como las encontró mi generación) están bien, aunque en comparación con lo que deberían o podrían ser, son mejorables. Seguramente la repuesta debería hacerse por sectores y con más conocimiento de causa del que tengo.

Las bibliotecas universitarias han experimentado avances muy notables desde los años 90 y son seguramente la punta de lanza de los servicios bibliotecarios en España. Creo que también sacan nota alta algunas fórmulas de cooperación y la formación universitaria en biblioteconomía y documentación. Las bibliotecas públicas han dado sin duda alguna un importante salto adelante, pero cuantitativamente presentan déficits notables y sin lugar a dudas podemos afirmar que hemos aprovechado poco los años de bonanza económica para satisfacer una serie de necesidades que ahora nos costará mucho llevar a cabo. Las bibliotecas nacionales han encontrado en la digitalización una actividad que les ha devuelto un protagonismo que en algún momento perdieron.

¿Los puntos débiles? A mi entender son dos: las bibliotecas escolares y el asociacionismo profesional. Las escolares porque el sistema educativo, ni en el ámbito estatal ni autonómico, ha sabido o podido crear al lado de las aulas aquellos centros de recursos o bibliotecas escolares que sirvieran de apoyo al proceso reglado de aprendizaje y que fueran los instrumentos para el proceso de autoaprendizaje. El asociacionismo profesional porque, después del acierto de federar las distintas asociaciones autonómicas, se ha refugiado en la formación profesional y ha abandonado el campo del lobismo y de la defensa de la profesión.

De una entrevista de Javier Guallar a Lluís Anglada que aparecerá en el próximo número de El profesional de la Información (vol. 19, n. 5, setembre-octubre 2010) que tiene por tema central "Cooperación de bibliotecas en red".

2 comentaris:

Eli Ramirez ha dit...

Súper d'acord amb la darrera frase!

Anònim ha dit...

La defensa de la profesión, a buenas horas mangas verdes,... cuando se ha permitido la entrada a cualquier diletante en el COBDC, por ejemplo. Además no se ha controlado ni los planes de estudio de diversos centros que dan estos estudios, NI EL PERSONAL QUE LO IMPARTE, que es más flagrante. Incluso podemos encontrar la paradoja de personas que en su CV público se autodenominan como documentalistas de dudosa proveniencia académica, por lo que a los estudios de documentación se refiere, para muestra un botón:
http://www.rubi.cat/ajrubi/apartats/index.php?apartat=2244