Sí, ya lo sé, ya lo sé, ya lo sé, que el marco legal
no lo permite.
Sí, ya lo sé, ya lo sé, ya lo sé, que llevamos mucho tiempo así.
Sí, ya lo sé, ya lo sé, ya lo sé, que esta petición es inoportuna por estar
hecha en tiempos de crisis.
Sí, ya lo sé, pero, yo, yo quiero votar.
Las situaciones establecidas son reformables cuando
el contexto social en el que surgen cambia, o cuando se rompe el consenso a
partir del cual se fundaron.
Hace unos días hubo elección de la nueva junta de
Fesabid. Fue una elección entre pocos: entre los presidentes
de las asociaciones que forman Fesabid. Sin lugar a dudas ha sido conforme a
los estatutos de la entidad, pero, a mi entender, ya no conforme al sentir del
tiempo.
He contado en este Blog el contexto de la creaciónde Fesabid. No lo voy a volver a hacer ahora, pero han pasado
muchos años. Si entonces valió que la elección fuera por método indirecto (solo
los presidentes votas), creo que ahora se impone una elección directa (votan
todos los profesionales asociados).
Querer votar (y dejar votar) es democrático. No solo
lo merecen los miembros de las asociaciones que conforman la Federación, sino
que la elección por sufragio popular directo daría a las juntas salientes una
fuerza democrática que les ayudaría en su tarea.