No diré que sea el libro más leído de la temporada,
pero seguramente es uno de los más citados: El
capital en el Siglo XXI, de Thomas
Piketty (*). El mensaje intranquilizador del libro es que la cantidad de
capital acumulado en pocas manos (es decir la desigualdad) tiende a aumentar con
el tiempo y que el capital del presente que se traspasa al futuro (la herencia)
tiene una importancia relevante en el incremento de la desigualdad. Xavier Sala i Martín hizo un extenso (y
crítico) resumen de la obra en un post de mayo de 2014.
Como solución a la creciente desigualdad, Piketty, propone “implantar un sistema
de tributación progresiva- junto con impuestos sobre sucesiones, según los ingresos
particulares” (M. Lobato
2014).
La promesa de igualdad del capitalismo y la
democracia se basa en la nivelación de las desigualdades a partir de sistemas
generalizados de salud y de educación, pero Joaquín Rodríguez nos recuerda que tendemos
a olvidar que “el grado de consecución académica, el mérito escolar, la
obtención de títulos potencialmente canjeables por un trabajo adecuado, dependen
en muy estrecha medida de dos factores heredados: el capital económico y
educativo de los padres”, en su post Pero,
¿existe alguna manera de promocionar la lectura?
J. Rodríguez añade: “El grado de desarrollo de todas
las competencias y no menos aún de las relacionadas con la lecto-escritura, con
el interés por la lectura, con el gusto por los libros u otras dimensiones
culturales relacionadas, dependen en buena medida de una predisposición que se
genera en el entorno familiar y se arrastra a lo largo de toda la vida”.
De la misma forma que la desigualdad patrimonial
pude corregirse con impuestos, la desigualdad educacional puede paliarse con la
mejora del sistema educativo. Éste se prolonga más allá de la educación obligatoria
y tienen que tener como objetivo la totalidad de la duración de la vida humana.
Las bibliotecas, que ofrecen información de calidad
de forma gratuita y formación en su uso, son un instrumento de reducción de las
desigualdades educacionales heredadas.
(*) El libro de Piketty tiene dos características
que lo hacen notable para los bibliotecarios. La 1ª es el uso de referencias a
novelas (francesas e inglesas) del siglo XIX para ilustrar los problemas que
expone. La 2ª el haber puesto en
abierto los 75 datasets que ha confeccionado para redactar su libro.