[Acaba de aparecer el v. 23, n. 2 (marzo-abril de 2014) de la revista “El profesional de la información” con el tema monográfico de 'Políticas de información'. Publico la última entrega (6/6) de mmi contribución que se encuentra en abierto en la p. web de la revista junto a otros artículos interesantes]
¿Quién
debería establecer una política de información, es decir aquello que hemos
definido como una acción concertada de diferentes agentes con la información
como objeto y con determinadas finalidades como metas? Creo que desde la ‘vieja
Europa’ tenemos cierta tendencia a considerar que debería hacerlo el Estado,
pero la administración se ha mostrado
conservadora y remisa a tomar un papel de liderazgo en esta época de cambios
profundos. En el caso español esto se agudiza por la falta de tradición
planificadora, interés por la cultura y fragmentación de competencias.
Francis
Fukuyama afirma que “una única característica cultural aglutinante condiciona
el bienestar de una nación, así como su capacidad para competir: el nivel de
confianza inherente a la sociedad” (1) y que
esta se mide por el dinamismo de su sociedad civil y la cuantía del capital
social que acumulan. La capacidad de establecer alianzas y asociaciones de
intereses configura el desarrollo de una sociedad y, siguiendo esta argumentación,
deberíamos dejar en manos de los agentes la concertación de acciones que
configura una política de información.
Si las
metas que hemos presentado como potencialmente comunes realmente lo son, el
camino para conseguirlas debería ser la adición de agentes a su alrededor, es
decir, a través de las asociaciones profesionales y del establecimiento de
alianzas entre diferentes agentes. De hecho, solo el mismo ejercicio de la
asociación puede mostrarnos cuales son las acciones concretas que concilian
consenso y que se revelan como determinantes para configurar determinado
futuro.
No hay
certeza sobre el devenir, pero sí hay valores a defender y objetivos a
perseguir. Hay consensos posibles en la diversidad de tipología de
instituciones e intereses comunes por encima de los propios de un sector o una
organización. Quizá siempre, pero más en este momento en que la tecnología y el
mercado están reconfigurando una sociedad diferente, los puntos de vista
sectoriales solo prevalecerán si son expuestos y defendidos por el sector que
los representa. El acceso generalizado a la información por parte de una
ciudadanía capaz de utilizarla para su crecimiento personal y colectivo no será
un bien que se consiga sin explorar organizadamente las alternativas existentes
y sin apostar dentro de la incertidumbre por las que se considere más
adecuadas.
Estoy
defendiendo –tal como se hace evidente- el reforzamiento del asociacionismo
profesional y el papel de las asociaciones profesionales e institucionales en
el establecimiento de políticas de información. En un mundo globalizado no se
encontrarán caminos para la preservación de lo nacido digital o del préstamo de
libros electrónicos en las bibliotecas, por ejemplo, desde lo local. Esto, de
forma evidente, no excluye la experimentación a nivel institucional o
territorial, pero el campo de juego es mucho más ancho, es multitipo, es
intersectorial y es de ámbito estatal y mundial.
Seguramente
Rebiun, la asociación de bibliotecas universitarias, sea el mejor ejemplo en España
de la capacidad de las bibliotecas asociadas para conducir nuestro futuro. Sus
planes estratégicos, con mayores o menores aciertos en cada momento pero
continuados en el tiempo, han conseguido no solo cambios notables sino además
visibilizarse como agentes de cambio (2) . La acción concertada de varios ha
fortalecido al grupo, sí, pero sobre todo ha fortalecido a las partes.
Otro
ejemplo destacable –este a nivel europeo- es el esfuerzo que actualmente está
haciendo LIBER para reposicionar las bibliotecas nacionales, universitarias y de investigación en este
entorno cambiante. Las líneas de trabajo han derivado de un trabajo previo
definiendo una visión estratégica del que han derivado tres líneas de acciones
que LIBER propone a sus miembros: redefinir la biblioteca física, posicionar la
biblioteca como un socio activo en la investigación científica y actuar de
forma conjunta frente la Unión Europea.
De una
forma parecida, es decir elaboración de una visión estratégica de la que se
deriva un plan de acción, está actuando el Consejo de Cooperación
Bibliotecaria. Este aprobó su primer plan estratégico para el período 2013-15,
compuesto de tres líneas: promoción y fomento de las bibliotecas,
sostenibilidad de los servicios bibliotecarios en el nuevo entorno informacional
y social, y evolución del funcionamiento del Consejo (3). El Plan del CCB generó
un grupo de trabajo que ha hecho un trabajo de prospectiva que destaca las diez
áreas que más van a cambiar en nuestras bibliotecas en los próximos años y del
que se derivan propuestas de trabajo conjuntas (4) . De forma muy sintética, el
estudio de tendencias nos indica tres direcciones (la biblioteca debe ser
creadora y educadora de comunidades, los edificios serán espacios sociales y
sus servicios se adaptarán a la realidad digital) y dos caminos: flexibilizar
las estructuras y procesos de las
bibliotecas e incrementar la cooperación dentro y fuera de la institución (5).
En
estos momentos de cambio, rodeados de incertidumbres y con algunas debilidades
notables, parte de nuestros deberes profesionales deben dedicarse al tejido de
acuerdos que permitan actuar coordinadamente en direcciones determinadas. El
asociacionismo y la cooperación no son terrenos de intercambio placentero de
conocimientos para cuando se termina la jornada laboral, son terrenos de
definición de políticas de información, políticas sin las cuales nuestras
instituciones no podrán cumplir sus finalidades.
Notas:
[1] Francis Fukuyama, 'La confianza (Trust)' (Barcelona: Ediciones B,
1995).
[2] Sus inicios están explicados en: Cabo, Mercè; Celestino,
Sonsoles; Guerra, Carmen; Taladriz Mas, Margarita (2003). «Un puente hacia el
futuro : el Plan Estratégico de REBIUN». BiD: textos universitaris de
biblioteconomia i documentació, juny, núm. 10.
[Consulta: 15-03-2014].
[4] José Pablo Gallo León (coord..), “Prospectiva 2020: Las diez áreas que más van
a cambiar en nuestras bibliotecas en los próximos años” (CCB, 2014). http://www.mcu.es/bibliotecas/docs/MC/ConsejoCb/GruposTrabajo/GE_prospectiva/Estudioprospectiva2020.pdf
Ve un resumen en el Blog de Julián Marquina, “Transformación física y social de
la biblioteca en los próximos años”, http://www.julianmarquina.es/transformacion-fisica-y-social-de-la-biblioteca-en-los-proximos-anos/
[5] Esta visión sintètica
se la debò a Alfono Stinus, de Momentum.
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