Hace
cuatro días Amazon anunció que había comprado Goodreads.
Goodreads se define como “a free website for book lovers”. Yo lo describiría
como una red social centrada en la lectura, donde uno puede catalogar sus libros, comentarlos, hacer
preguntas sobre los mismos y paseare por la ‘biblioteca universal’ creada por
agregación de las bibliotecas individuales de los miembros. El paseo esta vez
es por las sendas transitadas de los nombres de los autores y de sus obras y
por las vías desconocidas creadas por los enlaces automáticos tipo ‘los que
tienen este libro en la biblioteca también tiene este otro’, etc. Goodreads declara
tener 16 millones de miembros, 530M de libros catalogados y 30.000 clubes de
lectura. LibraryThing es otra red social centrada en la lectura. En 2006 el 40%
de LT fue adquirida por AbeBooks, actualmente propiedad de Amazon.
La pregunta que se impone es ¿a qué se debe el interés de
Amazon por estas redes? Mi respuesta es que lo importante ya no es la capacidad
de buscar ni la posibilidad de encontrar, sino crear un entorno donde se facilite el descubrir.
Expliquémoslo a la manera de Lorcan Dempsey (*): durante
mucho tiempo, la información ha sido escasa mientras que el tiempo que la gente
tenía para buscarla era abundante; ahora, la información disponible es
abundante mientras que el tiempo que tenemos (o queremos) dedicar a buscarla se
ha hecho escaso.
Además, la gente valora (valoramos) la inmediatez del acceso.
Ya no buscamos la más mejor, sino que lo suficientemente bueno nos basta. Lo
importante no es pues que los sistemas tengan grandes posibilidades de búsqueda,
sino que nos permitan encontrar cosas con facilidad e incluso que nos sugieran lecturas
a las que no habríamos llegado por búsquedas sistematizadas.
Los sistemas automatizados usados en las bibliotecas (los
OPACs y las bases de datos) tradicionalmente han centrado sus esfuerzos en
mejorar la capacidad de búsqueda. Más recientemente, con las versiones nuevas
de los instrumentos de descubrimiento (AquaBrowser o Encore), las bibliotecas
han empezado a poder facilitar a sus usuarios instrumentos que faciliten el
encontrar. Pero aún estamos lejos de proporcionar descubrimiento.
¿Por qué es importante descubrir? Resulta que –en contra
la subjetiva percepción que todos tenemos de que Google es el instrumento
mayoritario para localizar información- a la mayoría de páginas que se
visualizan en Internet la gente llegamos a través de enlaces y no de búsquedas.
Quizá empezamos una sesión con una búsqueda, pero la continuamos a partir de
enlaces, y cada vez más la iniciamos con una recomendación de Facebook, Linkedin
o Twitter. Incluso en el mundo de la investigación, parece que puede tener
importancia el camino de llegar a una lectura a través de la recomendación de
los colegas (ver el impacto de Mendeley).
Que una cosa esté en la red no es ya tenerla en un
ordenador conectado a Internet, sino hacerla ‘encontrable’. OCLC usa el concepto de operar en la escala Web, cosa que
significa des ‘descubrible’. Porqué la gente iremos cada vez menos a ningún
sitio y la información cada vez más tenderá a venir donde estemos.
Lo
curioso del caso es que facilitar el descubrimiento es lo que hacían las bibliotecas
con la serendipia provocada por el ojeo ¿o no?
(*)
Un placer para el intelecto leer su artículo reciente: “Thirteen Ways ofLooking at Libraries, Discovery, and the Catalog: Scale, Workflow, Attention”,
en: Educause review online, Monday, December 10, 2012.
1 comentari:
La misma noticia en un artículo de El País:
http://blogs.elpais.com/mil-millones-de-vecinos/2013/04/el-libro-correcto-en-las-manos-y-el-momento-adecuados-pueden-cambiar-el-mundo-.html
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