Hace muchos años, nuestros antepasados aprendieron que si coordinaban
sus esfuerzos, en vez de cazar conejos podía cazar ciervos. Aprendieron que juntos,
mejor.
Un chimpancé en cautividad aprende que moviendo una palanca recibe
un premio. El experimento se complica y el chimpancé recibe un trozo de pepino
cada vez que mueve la palanca, y, a su vez, un congénere suyo (sin hacer nada)
recibe lo mismo; el chimpancé continúa apretando la palanca. Se modifica el
experimento el chimpancé que aprieta la palanca continúa recibiendo pepino pero
el otro pasa a recibir una uva; al segundo intento el chimpancé deja de mover
la palanca. Juntos mejor pero no a cualquier precio,
Los mamíferos superiores somos así: no sólo importa el
resultado, también importa la forma de conseguirlo.
La Universidad de Barcelona planea reducir a la mitad sus facultades y departamentos. La medida comportará la fusión de varias facultades, entre
ellas de la Biblioteconomía y Documentación que pasará a integrarse en una
macro facultad de ciencias humanas y sociales. El primer borrador de la propuesta viene a
argumentar que lo pequeño (ya) no es hermoso y que mejor juntos (para conseguir
economía de escala). Esta es una tendencia europea constatable no sólo a nivel
de universidades. Con menos recursos prima la concentración organizacional. Pero
la fusión de entidades es el qué, y el qué no lo es todo, también debe saberse gestionar
el cómo. No en vano anticipaba M. Castells que la gestión de las identidades
sería uno de los temas clave del siglo XXI.
Desde un punto de vista profesional, ¿la
subsumisión de la facultad de BiD en una de mayor, tiene importancia? A mi entender
sí. Las profesiones se estructuran de dos maneras: a la forma anglosajona, a
partir de las homologaciones que hacen asociaciones profesionales uy poderosas,
o bien a la forma europea continental, a partir de titulaciones académicas. Así,
si hay profesión debe haber una facultad que la estructure. Bien es cierto que no
es necesario que ésta tenga una estructura de facultad dentro de la
organización de una universidad, pero sí lo es que exista una organización que
se corresponda con la profesión y que pueda dialogar con ella para así ajustar
las necesidades de formación, de que exista al menos una facultad ‘virtual’.
La solución a las complejidades del mundo global pasará por
crear fusiones, pero también por mantener identidades; por crear economías de
escala que respondan a las necesidades sociales y que no se basen solo en el one-size-fits-all.
Una profesión es una disciplina académica, pero, en el ámbito
de la ida cotidiana, es un punto de vista, una manera de mirarse las cosas, una
forma de modificar la realidad. Si creemos que la nuestra representa algún
valor para la sociedad, si tiene un punto de vista exclusivo, si creemos que el
facilitar información para el conocimiento no está entro los valores nucleares
de ninguna otra profesión, en este caso la estructuración de los estudios
profesionales es un tema profesional.
La triste experiencia muestra que las fusiones no comportan automáticamente
mejoras, pueden traer más burocracia ineficaz, la consagración de un reparto
injusto de recursos y la anulación (improductiva) de la personalidad.
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