dijous, 9 de juny del 2016

Si publico una revista, ¿Vale la pena hacerlo en abierto?




Uno de los principales cambios recientes en la edición de revistas se ha producido en el modelo de negocio y ha sido el acceso abierto (OA).

A principios de este siglo, un grupo de científicos publicaron una carta abierta en la que se reclamaba que el contenido de la investigación científica se pudiera diseminar de forma abierta. Poco tiempo después, un conjunto de declaraciones internacionales consolidaban la idea bajo el concepto de ‘acceso abierto’, el cual implica que los artículos debían distribuirse de forma abierta (sin coste) y bajo unas licencias de uso que permitieran la reutilización de los artículos de forma libre.

El movimiento del OA se ha consolidado a nivel de idea y muchos investigadores, universidades, organismos financiadores de la investigación y estados están reclamando que toda la producción científica (especialmente la financiada con dinero público, que es la mayoría) se distribuya de forma abierta. Se considera que esto tendrá los efectos de general más y mejor ciencia e innovación. Sin entrar en detalles ni matices, una posibilidad para el OA es depositar los artículos en bibliotecas digitales o repositorios -lo que se denomina vía verde al OA-, y otra, la publicación de la revista en OA -la llamada vía dorada-.

El OA tiene, innegablemente, unos efectos beneficiosos inmediatos para los lectores, ya que les permite leer y usar los artículos que les interesan bajo unas restricciones mucho menores que en el modelo de acceder a los artículos a partir de suscripciones individuales o institucionales. Pero esto crea el problema de cómo se financian las revistas en este nuevo modelo de negocio (o realidad) en la que ya no se puede contar con ingresos por las suscripciones.

Parece claro que el OA está en el horizonte de la comunicación científica. Ni autores ni editores dudan que será la forma como los artículos se difundirán en un futuro cercano. Lo que está menos claro son las formas que definitivamente se encuentren para garantizar la financiación de las revistas y cómo será el proceso de transición de la distribución de artículos bajo suscripción al de difusión en abierto. Pero, sea cual sea la forma (o color) que tome el movimiento del acceso abierto, está claro que el OA facilita lo que toda revista quiere: que los artículos que publica lleguen al máximo número de lectores posibles y de la manera más fácil posible.

La sostenibilidad financiera de las revistas en OA depende de los ingresos por publicar, de la filantropía o del mecenazgo. El primero (paga el autor en vez de hacerlo el lector) seguramente será el mecanismo más usado por las revistas competitivas -las incluidas en WoS o en SCOPUS- y las que publican investigación generada por proyectos con financiación ya que el coste de publicar se detraerá de la financiación de los proyectos de investigación.


Pero hay mucha investigación que no está financiada de forma específica. En este caso, ¿cómo una revista puede publicarse en abierto? Pues, como ahora, con filantropía y voluntarismo. Muchas de las revistas científicas actuales han  surgido de una comunidad científica determinada y o han tenido pretensiones de generar ganancias. Estas revistas, hasta ahora, se han editado y distribuido en papel pero sus costes eran cubiertos sólo parcialmente por los ingresos de las suscripciones o de las ventas. Se trata de reducir costes eliminando la impresión y de continuar asumiendo los otros gastos con las vías que hasta ahora se han usado: los presupuestos de asociaciones, las sociedades científicas o los departamentos universitarios.